misericordia

Yo te necesito

La luz roja de un semáforo nos obligó a parar en una esquina muy transitada. Hacía una calor terrible a esa hora del día. Mi colega, sentado al lado, esperaba impaciente el cambio de luz del semáforo. Detrás de él, su hijo adolescente miraba distraído por la ventanilla del automóvil. De repente se acercó un muchacho con una bolsa de manzanas en la mano.

– “Séis por 1.200 pesos” – dijo con ojos casi suplicantes.

Era un muchacho de la calle, de esos que andan por las esquinas limpiando parabrisas, vendiendo chucherías o simplemente pidiendo una limosna.

Mi colega lo miró a pesar del calor sofocante, se dio el trabajo de buscar dinero y le compró la bolsa de manzanas.

– ¿Vas a ser capaz de comer eso? – le preguntó el hijo con aire de autosuficiencia -. Esas manzanas están casi podridas.

– No las compré para comer – respondió el padre -. Las compré para que el muchacho pudiera comer.

¿Entendiste el mensaje? La palabra correcta aquí sería compromiso. Todos tenemos que ver con todos. No somos islas. Somos, de alguna manera, responsables por los que sufren, aunque vivamos en un mundo cada vez más egoista, donde todos parecen estar contra todos, donde cada uno trata de protegerse y proteger solamente lo que es suyo.


Blocks Cristianos

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Una colección de 4 blocks escolares para los más pequeños de la casa
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